martes, 9 de marzo de 2010

Desde el punto de vista filogenético, la corteza está organizada en las siguientes partes: alocórtex, corteza de transición y neocórtex. - El alocórtex. Es la parte filogenéticamente más antigua, habiendo estado dedicada primitivamente al olfato y es la más sencilla anatómicamente. Comprende los bulbos olfatorios, las áreas piriformes y el hipocampo.

El neocórtex. Es la parte de la corteza mas nueva filogenéticamente y más compleja y comprende la mayor parte de los lóbulos frontal, parietal, occipital y temporal. Funcionalmente está dividido en los lóbulos frontales y las áreas POT; las primeras intervienen en complejas funciones de la personalidad y las segundas en el aprendizaje y la memoria. La corteza de transición. Comprende la circunvolución del cíngulo, el septum y el presubículo; se conecta con el alocórtex a través de los núcleos subcorticales y con los lóbulos frontales a través del tálamo anterior.

Los impulsos aferentes sensoriales que van a las áreas correspondientes a la visión, la audición y la somestesia constituyen el sistema especifico de proyección talámico.

Colaterales de este sistema van a núcleos talámicos difusos para construir el sistema difuso de proyección talámico; destinado a lograr efectos corticales más ampliamente dispersos, incluyendo las áreas de proyección sensitiva y puede intervenir a favor de la atención prestada a una determinada modalidad sensorial.


Colaterales del sistema específico de proyección talámico van también a la sustancia reticular del tronco cerebral, partes de la cual se conecta difusamente con todas las áreas corticales, formando un sistema reticular ascendente, mismo que activa la corteza instalándola en dos vigiles de alerta y atención.

Las células de la sustancia reticular del tronco cerebral aumentan también el tono muscular, que establece feedback con la corteza, por el que circulan sensaciones excitantes, mediante un sistema reticular activador descendente.


Ciertas partes del cerebro destinadas primitivamente al olfato se conectan con la corteza de transición para formar un circuito reverberante designado como sistema límbico, el cual recibe impulsos aferentes del rinencéfalo, el neocórtex, el hipotálamo y la sustancia reticular del tronco cerebral y establece feedback con todas las áreas menos con las olfatorias. Incluye el área septal, la circunvolución del cíngulo, el hipocampo, la corteza endorrinal, la amígdala y el tálamo anterior. Interviene en las emociones, en el aprendizaje y en la memoria; se conecta con los lóbulos frontales a través del tálamo anterior y con las áreas POT a través del septo, el hipocampo y la amígdala.

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